domingo, 23 de febrero de 2014

sábado, 15 de febrero de 2014

La realidad prevista más no soñada.


La realidad prevista más no soñada.

Por Oscar Olivares


 “Juro por el Dios de mis padres, juro por mi patria, juro por mi honor, que no daré tranquilidad a mi alma, ni descanso a mi brazo, hasta no ver rotas las cadenas que oprimen a mi pueblo por voluntad de los poderosos.” Simón Bolívar.

 Pido disculpas si con esto que escribo ofendo a alguien, espero entiendan si pronuncio alguna palabra inadecuada, esto no es solo para mis compañeros, es para todos los estudiantes de educación media, representantes, profesores y para toda Venezuela. Hoy hablo por mí porque creo que ya ha sido suficiente de aguantar decir lo que pensamos, mi trabajo como artista también se basa en mostrar lo que algunos no ven.

 Hoy sale el sol en Venezuela, pero seguimos viviendo en la oscuridad. Hoy llora sangre nuestro Libertador, la misma sangre que derrama nuestro pueblo todos los días y ¿Cuánto más vamos a esperar? ¿Vamos a seguir siendo un país de mudos o vamos a reaccionar y reclamar por tanta injusticia?

Simón Bolívar libertó 5 naciones; pero incluso él pudo haber tenido miedo como nosotros. ¿Qué lo hizo un héroe? Superar ese miedo, a él no le importó que algunos pensaran que estaba loco, porque los sueños, algunos en común a los que hoy tenemos de un mejor país, eran más grandes que todas las adversidades; del mismo modo les aseguro que los sueños de los estudiantes caídos son más grandes que las armas, más fuertes que la Guardia Nacional y más inteligentes que muchos políticos.

 Podrán preguntarse “¿Y de qué les sirvió soñar si hoy sus familias los lloran?” Pues muy sencillo, porque hoy nos han dado un nuevo motivo para luchar, porque ese sueño por el cual dieron la vida, no murió y lo compartimos cada uno de nosotros, al igual que nuestras familias cuando rezan al salir de casa.

 Hoy les pregunto ¿Qué es ser venezolano? Para algunos es una bendición, para otros una desgracia. Para mí es como cuando estás enamorado y esa persona no te corresponde, vives en una constante ilusión de que en algún momento eso va a cambiar pero nunca termina de ocurrir, entonces tienes dos alternativas: Dejarla, en este caso irte del país o intentar hacer algo distinto, que sería levantarte, dejar el Twitter y salir a marchar, sí, vas a arriesgar tu vida; pero eso es algo que también haces cuando sales a la calle.

 Yo sé que escribiendo esto no voy a hacer que cambie el país, lo que busco es cambiar algo en ustedes, o en mí. Porque todos lloramos y sufrimos deseando un país mejor, abastecido, próspero, seguro y no nos damos cuenta de que cuando nos levantamos cada lunes en el colegio y cantamos el Himno Nacional, en esa letra, en cada estrofa están reflejados esos motivos por los que rezamos día a día. No se trata de palabras vacías ni de perder el tiempo. Cuando nos dicen “Vamos a cantar el himno” ¿Qué pensamos? Lo primero que decimos, y me incluyo, es la misma frase de siempre “Qué ladilla el himno”

 Y estamos hablando de nuestro himno, más que un canto, es un símbolo, son todos los ideales y principios que nos dejaron aquellos que lucharon por nuestra independencia, principios que siguen vigentes y que por haberlos olvidado, por ese mismo olvido que le dieron nuestros padres y abuelos a esos detalles pequeños del país es que permitieron que nos gobernaran personas que no estaban capacitadas para dirigir un país.
¿Y nosotros? ¿Vamos a hacer lo mismo? Qué va a ser de Venezuela si los buenos nos quedamos de brazos cruzados. Nadie nos va a obligar a darle amor a Venezuela, nadie va a hacer que respetemos nuestro himno, cada uno de nosotros tiene la capacidad de escoger qué hacer, siempre podemos decidir hacer lo correcto o no, tomando en cuenta que nosotros mismos creamos nuestros propios demonios y somos los únicos que dentro de unos años seremos capaces de hacer una pintura más bonita de la que hoy vivimos y devolverle el brillo a Venezuela.


En conclusión, ser venezolano es ser el pobre en su choza pidiendo libertad bajo el grito de “Abajo cadenas”.




























Share:

martes, 11 de febrero de 2014